Elena Escribano, una vida de amor por la Literatura
Elena Escribano es una persona apasionada. Su amor por la lengua castellana y su afán por transmitir a los demás «tanta belleza y emoción como hay en la gran literatura de todos los tiempos» le han llevado a pasar más de 33 años como profesora de Secundaria. «Se dice pronto», apunta ella.
En la década de los 90 elaboró los libros de texto de Bachillerato de la editorial Ecir. Hace ahora un año comenzó a preparar, en colaboración con los profesores Paloma Rodríguez y Félix Esteso, los libros de Lengua Castellana y Literatura para la ESO y Bachillerato de Vicens Vives, que podrán verse ya este mes en centros educativos de toda España. Además, desde 2002 dirige el taller de poesía Polimnia en la Universidad Politécnica de Valencia y ha colaborado con Poética 2.0 en la selección de los textos que aparecerán en la antología de poesía española desde la Edad Media hasta el siglo XIX. En el año 2006 obtuvo el premio Gerardo Diego por su libro de poemas ‘Reincidencias’.
Estos días, la presentación de los nuevos temarios de Vicens Vives la tiene recorriendo el país en una apretadísima gira. Para diseñar los libros, asegura, el principal criterio ha sido «la claridad, la cercanía al mundo mental de los alumnos y el rigor unido a la emoción, al juego y al disfrute de tener como usuarios una lengua tan rica como el castellano». Se trata de desarrollar la creatividad: «La Lengua se estudia como un instrumento de uso para la expresión oral y escrita, capaz de generar emoción y belleza. Queremos que los alumnos se diviertan y se sorprendan». A pesar de todo, afirma, «ningún libro está completo sin el amor del profesor por lo que enseña». Así, «cuando un profesor lee un texto emocionante, los alumnos se enganchan a la emoción de ese texto y a la que transmite el profesor. Él es la base de todo el proceso».
La pasión por la Literatura de Elena Escribano viene desde su infancia, cuando leía todo lo que caía en sus manos: «Sin salir de mi pueblo, Beniaján (Murcia), y en unos años en los que casi nadie podía irse de veraneo, yo me fui a la Luna con Julio Verne y a una isla maravillosa en otra de sus novelas en la que estuve Dos Años de Vacaciones». No tardaría en enamorarse de la poesía, que llegó a su vida «como un deslumbramiento, a los 13 años, cuando leí las primeras estrofas de Jorge Manrique en las Coplas a la muerte de su padre. Me quedé tan sorprendida… Allí mismo supe que lo mío sería la poesía».
Tras doce años dirigiendo el taller Polimnia en la Universidad Politécnica de Valencia, contesta sin dudar que es imposible enseñar a escribir poesía. «Yo enseño a leer poesía», aclara. «A leer poesía todo lo hondamente que cada uno pueda, enseño los ‘trucos’ y técnicas de oficio que utilizan los mejores poetas y sobre todo enseño a ‘tachar’, a dejar únicamente en el poema lo que hay de poesía, si es que la hay». En este tiempo, su mayor satisfacción ha sido que personas muy distintas «hayan encontrado su manera personal de expresarse y de ser felices haciéndolo. También me alegra mucho cuando reconocen su trabajo y les dan premios importantes, pero el premio gordo lo recibe el poeta en la intimidad de su cuaderno cuando termina un poema y sabe que es hermoso y honesto».
Elena es una de las principales colaboradoras de Poética 2.0. Este proyecto es importante, explica, «porque acerca la poesía de todos los tiempos a toda clase de personas a través de la voz. Si el protagonista de la enseñanza es el profesor, porque transmite con su voz la emoción y la belleza de la literatura, Poética 2.0 es esto mismo: pura belleza y pura emoción a través de las mejores voces. Además, está la imagen y el texto, que los aficionados y estudiantes pueden seguir perfectamente mientras escuchan el poema».
Al seleccionar los textos incluidos que Poética 2.0 presentará en su antología de poesía española desde la Edad Media hasta el siglo XIX, el objetivo ha sido hacer una «memoria de la belleza. Todos deberíamos tener algunos de estos versos en la memoria para recitárnoslos en los días oscuros y para celebrar los claros».
Entre esos poemas está el soneto V de Garcilaso de la Vega, que Elena ha recitado de memoria para nosotros. Es un texto, afirma, «escrito desde la aceptación absoluta del desamparo, y la imposibilidad de dejar de amar a pesar de todas las evidencias en contra. Es el soneto de alguien que mantiene con dignidad su pasión y su derrota. Es profundamente bello y humano».