Los lectores prefieren los poemas de ChatGPT antes que los de autores humanos según un estudio
Tal como lo imaginó George Orwell en ‘1984’, el versificador era una máquina capaz de crear todo tipo de contenidos sin intervención humana: poesía, novelas, películas, periódicos e incluso canciones que la gente aprendía y cantaba sin suponer su origen.
Setenta y cinco años después, ese concepto está más cerca de hacerse realidad.
Desde la aparición de ChatGPT a finales de 2022, los modelos generativos de lenguaje e imágenes se han ido perfeccionando de manera exponencial, hasta el punto de que son capaces de producir textos coherentes y estructurados e imágenes y vídeos realistas. Empresas como OpenAI, Google o Anthropic han adiestrado a sus modelos con toda la información disponible en Internet, incluyendo obras literarias y pictóricas y fotografías que aún están sujetas, en muchos casos, a derechos de autor.
Artistas y escritores han advertido del peligro que supone la irrupción de la inteligencia artificial (IA) en el sector cultural y de la necesidad de preservar el factor humano en la creación. Otras voces señalan que, a pesar de su evidente avance, estos modelos están todavía lejos de suplantar la intuición y el talento artístico.
¿O no?
Un reciente estudio publicado por la revista ‘Scientific Reports’ asegura que lectores no expertos en poesía son incapaces de diferenciar los poemas escritos por humanos de los creados por una IA y de hecho, califican más favorablemente estos últimos.
Ello se debe a que los poemas ‘artificiales’ les resultan más directos y accesibles, según las opiniones recogidas en el estudio. La frase más repetida por los participantes al referirse a los textos creados por auténticos poetas es que «no tienen sentido».
Y es que los poemas generados por la IA en el estilo de autores como Lord Byron, Walt Whitman o Sylvia Plath tratan temas «simples» como la belleza de la naturaleza o la tristeza y «apenas emplean metáforas complejas», mientras que los de escritores humanos resultan mucho menos obvios. Por ejemplo, el poema ‘The Boston Evening Transcript’ de T. S. Eliot es una sátira escrita en 1915 sobre un periódico ya desaparecido que compara a los lectores de este diario con un campo de maíz y hace referencia al moralista francés del siglo XVII La Rochefoucauld.
Para los autores del estudio «la complejidad y opacidad son parte del atractivo de estos poemas», que «incentivan el estudio y el análisis en profundidad de una manera que la poesía generada por IA no puede».
Al carecer de dicha complejidad, los textos provenientes de la IA son más efectivos la hora de «comunicar de manera inequívoca una imagen, un estado de ánimo, una emoción o cualquier tema a lectores no expertos en poesía, que pueden no tener tiempo o el interés necesario para el análisis en profundidad que exige la poesía de poetas humanos’.
Los lectores están predispuestos a preferir la verdadera poesía frente a la artificial y valoran más un poema cuando se les dice que proviene de una persona. Sin embargo, los poemas generados por IA les parecen «más fáciles de interpretar. Pueden entender con más facilidad las imágenes, los temas y las emociones en la poesía sintética que en la poesía más compleja de los autores humanos. Por lo tanto, prefieren estos poemas y malinterpretan su propia preferencia como una prueba de autoría humana».
Podría decirse que los textos de ChatGPT les resultan «más humanos que los humanos».
Teniendo en cuenta el rápido avance de los modelos generativos y la dificultad del público en general al identificar los contenidos producidos de forma artificial, los autores del estudio proponen que se regule la transparencia en el uso de los sistemas de inteligencia artificial desde los gobiernos .
Además, resulta necesario que los sistemas educativos refuercen los programas educativos con especial hincapié en aquellas materias que promuevan el pensamiento crítico en los alumnos. En ese aspecto, la enseñanza de la poesía es una herramienta fundamental para fomentar el dominio del lenguaje y la capacidad crítica, aptitudes que serán cada vez más necesarias.
La cuestión del idioma
Al extrapolar las conclusiones del estudio habría que tener en cuenta, por otra parte, el idioma utilizado por la IA. Porque los textos producidos por ChatGPT en inglés y su manera de ‘imitar’ a poetas como Sylvia Plath o Walt Whitman no son comparables aún a los resultados que pueden obtenerse en español.
Como ejemplo, esto es lo que ofrece al pedirle un poema al estilo de Federico García Lorca:
La luna,
redonda como un lamento,
se cuelga de las ramas del olivo.
Sus manos blancas rozan la corteza,
y el campo, temblando,
guarda un susurro de duelo.
Canta el viento
una canción de cuchillos.
Las hojas murmuran su miedo,
y las raíces, enterradas,
sienten el peso
de una tristeza que no se nombra.
La ausencia de rima y ritmo y la extremada sencillez del vocabulario, entre otras cosas, delatan la verdadera autoría de estos versos.
Lo mismo sucede al pedirle un texto al estilo de Antonio Machado:
Caminos que el viento barre,
hojas secas que crujen bajo el paso.
El cielo, gris de un sueño viejo,
suspira sobre los campos dorados.
Se van perdiendo las sendas
entre encinas y álamos callados.
¿A dónde lleva el sendero,
si no al eco del tiempo pasado?
El río, lento, murmura
su canción de piedra y barro,
y en su espejo, el viajero
mira su rostro marcado.
Nadie los confundiría con un poema escrito por el autor de ‘Campos de Castilla’.
Todas las imágenes que ilustran este artículo han sido generadas por IA.