Russafa Escènica: El arte ocupa la ciudad
Estamos demasiado acostumbrados, como espectadores, a ocupar nuestras butacas en el teatro o en el cine y asumir una actitud pasiva. Ver una obra o una película, incluso leer una novela o un libro de poemas, son actividades que deberían convertir al consumidor en parte del proceso creativo. Sacudirle y arrancarle de su zona de confort. Se trata de romper las barreras, o la cuarta pared, algo que lleva haciendo desde 2011 en Valencia el festival Russafa Escènica no sólo con teatro, sino también con danza, circo, performance, música, títeres o poesía.
Teaser de ‘La oscuridad’ de José Zamit, uno de los espectáculos que debutarán en Russafa Escènica.
Según lo explican sus propios responsables, está concebido como un certamen multidisciplinar de «artes escénicas fusionadas con artes plásticas». Y su escenario abarca todo el barrio, una parte de la ciudad de Valencia que algunos ya comparan con el Brooklyn neoyorquino. Viviendas, oficinas, comercios, galerías de arte… Cualquier parte de Ruzafa es susceptible de convertirse en escenario de alguna de las propuestas del festival, que pretende reabrir «el debate sobre la reapropiación y gestión de los espacios públicos y privados por parte de la ciudadanía donde cada uno se expresa como quiere, con quien quiere, en el idioma que quiere y junto a quien quiere». El resultado, un festival que tiene la voluntad de trascender el espectáculo de barrio y aspira a ser «de todos y para todos».
Por esa razón, muchos de los montajes que nacen en Russafa Escènica tendrán después un lugar en teatros locales y nacionales. Algunos de ellos nacen como producción propia, con la participación de actores y bailarines de las escuelas de arte dramático de Valencia.
Adelanto de ‘Patience’, una propuesta de Sirera Danza que podrá verse en Russafa Escènica 2016.
Cada edición del festival se estructura entorno a un lema. Y el de 2016 son los ‘miedos’. Así lo describe la dramaturga Patricia Pardo en la presentación: «El miedo a ir a un bar que no conoces y no saber cómo cocinan las bravas, saber que pueden sacarte unas bravas miserables, no te impide pedir bravas en bares desconocidos… Si todos nuestros hijos quisieran cocinar bravas, profesionalmente o por amor a la brava… Si todos nuestros hijos quisieran cocinar y comer bravas, el mundo se llenaría de tertulia, de sexo, de pimentón dulce, y todos aspiraríamos a ser resto de salsa. La salsa final que queda en el plato y mojas con el último trozo de pan después de comerte la última brava». Para Jerónimo Cornelles, director artístico del certamen, el objetivo es provocar una reflexión sobre los «miedos universales, fobias, filias o miedo a la soledad».
Hasta el próximo 25 de septiembre, Russafa Escènica ofrecerá 22 espectáculos, divididos en tres secciones: Invernadero, con propuestas de apenas media hora en espacios con aforo reducido; Bosques, producciones de 60 minutos para públicos de entre 40 y 90 personas; e Invernadero, que presenta una producción propia de algo más de una hora de duración, creada en el seno de un taller formado por alumnos de último año de interpretación y supervisado por un director invitado.
En esta edición, y tras el éxito registrado en 2015, el festival ha vuelto a invitar a seis poetas contemporáneos que practican desde la polipoesía hasta el slam, rap o freestyle. Todos ellos presentarán textos inéditos creados a partir de los ‘miedos’ que constituyen el tema central del certamen. La actividad llevará el título de ‘El clan de los poetas vivos’ y podrá verse el domingo 25 de septiembre a partir de las 13 horas en el Ubik Café, con entrada libre y gratuita.
Los organizadores de Russafa Escènica confían en que esta iniciativa contribuya a potenciar la creación de contenidos culturales y también el mestizaje entre géneros, de manera que las artes escénicas se fusionen con la plástica, el audiovisual o la música para crear espectáculos de vanguardia. Es un modelo de creación que busca la complicidad del espectador y, tras estos cinco años que han pasado tan rápido, se diría que la ha conseguido.