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La pasión de García Lorca: Así nacieron los ‘Sonetos del amor oscuro’

El Reina Victoria, en pleno centro de Valencia, es el hotel más antiguo de la ciudad. Inaugurado en 1913, detrás de su fachada de inspiración modernista albergaba en el momento de su apertura cerca de 100 habitaciones, un restaurante y numerosas salas pensadas para exposiciones.

Entre sus huéspedes más ilustres a lo largo de los años han figurado escritores como Jacinto Benavente o Ernest Hemingway, el fotógrafo Robert Cappa y el poeta Federico García Lorca. El autor granadino se alojó allí en noviembre de 1935, coincidiendo con el estreno de ‘Yerma’ en el cercano Teatro Principal, protagonizado por Margarita Xirgu.

Margarita Xirgu (izqda.) durante una de las primeras representaciones de ‘Yerma’.

Sin embargo, el debut de su obra no era lo que más preocupaba a Federico, que ni siquiera llegó a tiempo de asistir a la primera representación. El poeta esperaba con cierta inquietud la llegada a Valencia de Rafael Rodríguez Rapún, su ‘íntimo amigo’, y temía que no llegara a presentarse.

Ambos se conocieron en 1933, cuando Rapún —de porte atlético y “perfil de estatua griega”, según la descripción de Luis Sáenz de la Calzada— se incorporó como actor a La Barraca. Lorca quedó fascinado por su personalidad y poco tiempo después le nombró su secretario. En 1935 ambos ya mantenían una relación amorosa consolidada, aunque ello no impidió a Rapún cultivar una muy pública fama de mujeriego.

Federico García Lorca y Rafael Rodríguez Rapún en Madrid (1935).

«Era tan cerdo que se acostaba con mujeres», explicó al periodista Luis María Anson el escritor Juan Ramírez de Lucas, “el último amante de Federico García Lorca” en sus propias palabras. «[Rapún] apenas hacía caso [a Lorca], le desdeñaba y le traía por la calle de la amargura».

De hecho, aquellos primeros días de noviembre de 1935 Federico aguardó en vano la llegada a Valencia de su amante. Solo en la habitación de hotel, volcó su frustración, su añoranza y su tristeza en una serie de sonetos que fue escribiendo a mano en folios con el membrete del Reina Victoria. Muchos años después, cuando se publiquen por primera vez, se conocerán como los ‘Sonetos del amor oscuro’.

Juan Ramírez de Lucas.

Juan Ramírez de Lucas.

En el manuscrito «hay tres largas hojas de papel que, dobladas, se convierten en pliegos de cuatro páginas cada una», señala Sarah Arvio, traductora al inglés de Lorca. «En los dos primeros pliegos aparecen tres sonetos; en el tercero hay cuatro. Todos escritos con presteza en un trazo decidido y la misma letra, como de un tirón. Varios de los títulos se añadieron posteriormente, con tinta negra, con letra diminuta y en punta fina. Son diez aunque hay otro más que eleva el conjunto hasta once: el ‘Soneto de la guirnalda de las rosas’, una copia en limpio transcrita a mano en tinta marrón pálido sobre una hoja de papel blanco de buena calidad. Este soneto se situó abriendo el conjunto, y se considera el primero de los que escribió».

Una página manuscrita de los 'Sonetos del amor oscuro'.

Una página manuscrita de los ‘Sonetos dal amor oscuro’.

Los poemas, continúa Arvio, «fueron escritos sin pausa, tal vez en un solo día o en un fin de semana. […] Son impecables, con una distribución precisa de la rima, algo poco habitual en Lorca. La precisión resulta asombrosa si es que los escribió con tanta rapidez. Otra posibilidad es que hubiera compuesto los poemas de cabeza —como hacen algunos poetas— antes de coger el lápiz. El ‘Soneto gongorino en que el poeta manda a su amor una paloma’ es un poco más amanerado y recargado que el resto. Lorca primero escribió ‘Soneto gongorino en que Federico manda a su amor una paloma’. Luego tachó su propio nombre y escribió encima “el poeta”, un salto revelador desde lo anecdótico a lo universal».

Juan Ramírez de Lucas, en conversación con Luis María Anson, desmintió que los poemas estuviesen dedicados a él, como algunos pensaban. «Mi relación con Federico fue una maravilla. Tranquila, apacible, sin problemas. Él me doblaba la edad y yo estuve siempre rendido de admiración, [pero] los poemas los escribía pensando en Rapún».

Lorca planeaba publicar un libro bajo el título de ‘Jardín de sonetos’, recopilando estos y otros poemas. Pablo Neruda aseguró que Federico le había leído algunos de ellos metido en la bañera en julio de 1936 y los juzgó «de una belleza increíble». Vicente Aleixandre, por su parte, escribió en el epílogo a la poesía completa de Lorca en 1954 que el poeta «amó mucho, cualidad que algunos superficiales le negaron. Y sufrió por amor, lo que probablemente nadie supo. Recordaré siempre la lectura que me hizo, tiempo antes de partir para Granada, de su última obra lírica, que no habíamos de ver terminada. Me leía sus Sonetos del amor oscuro, prodigio de pasión, de entusiasmo, de felicidad, de tormento, puro y ardiente monumento al amor, en que la primera materia es la carne, el corazón, el alma del poeta en trance de destrucción».

Primera página de la edición 'pirata' de los sonetos.

Primera página de la edición ‘pirata’ de los sonetos.

En las cinco décadas que siguieron a su asesinato, los once sonetos se convirtieron en lo más parecido a una leyenda, y su existencia fue incluso negada por los herederos del poeta, quizá en un intento de esquivar la cuestión de la sexualidad de Lorca tan presente en estos textos. Todo cambió cuando en 1983 llegó a los buzones de algunos destinatarios escogidos un enigmático libro. En su cubierta de color rosado se podía leer en mayúsculas ‘SONETOS DEL AMOR OSCURO’, sin el nombre del autor ni tampoco sello editorial alguno.

En el interior de la edición, que constaba de 250 ejemplares numerados, se aseguraba: «Esta primera edición de los Sonetos del Amor Oscuro se publica para recordar la pasión de quien los escribió. Granada, en el otoño de 1983». Entre quienes recibieron el libro en sobres sin remitente figuraron Félix Grande, Vicente Aleixandre, Luis Rosales, Ian Gibson o Isabel García Lorca.

La publicación “pirata” de los once sonetos empujó a la familia a hacerlos públicos pocos meses después en las páginas del diario ‘ABC’. Según explicó posteriormente Luis María Anson, entonces director del periódico, al recordar aquellos días: «Después de cien gestiones personales, el 17 de marzo de 1984 el Cultural del ‘ABC’ verdadero, gracias al buen sentido de la familia García Lorca y al trabajo de un grupo de expertos encabezados por el admirable Miguel García-Posada, dio a la luz, por fin, los once sonetos del amor oscuro, que sitúan definitivamente a Lorca en el primer lugar de la poesía española del siglo XX. Considero esta primicia como la más importante de mi dilatada vida profesional. La repercusión fue mundial. Periódicos y revistas de los cinco continentes reprodujeron y comentaron la gran primicia literaria […] Personalmente, tras veinte años de búsqueda, tuve como es lógico una gran satisfacción».

Una de las páginas de la edición que el ABC dedicó a los poemas de Lorca en 1984.

Una de las páginas de la edición que el ABC dedicó a los poemas de Lorca en 1984.

Rafael Rodríguez Rapún —a quien Lorca apodaba, con cierta sorna, ‘Tres erres’— no se presentó en Valencia aquella semana de noviembre de 1935. Sin embargo ambos mantuvieron el contacto hasta el estallido de la Guerra Civil en 1936. Poco después Rapún se alistó en el bando de la República y, ya como miembro del ejército, supo del asesinato del poeta. Con el tiempo llegó a alcanzar el grado de teniente y fue destinado al frente de Cantabria. Falleció en Santander, el 18 de agosto de 1937, a consecuencia de las heridas sufridas por la explosión de una bomba.

FUENTES


Los Sonetos del amor oscuro: la novelesca historia de un libro
Universo Lorca: Rafael Rodríguez Rapún

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